lunes, 26 de agosto de 2013

LA PEQUEÑA LUCIÉRNAGA


LA PEQUEÑA LUCIÉRNAGA

Había una vez una comunidad de luciérnagas que habitaba el interior de un gigantesco lampati, uno de los árboles más majestuosos y antiguos de Tailandia. Cada noche, cuando todo se volvía oscuro y apenas se escuchaba ...el leve murmurar de un cercano río, todas las luciérnagas salían del árbol para mostrar al mundo sus maravillosos destellos. Jugaban a hacer figuras con sus luces, bailando al son de una música inventada para crear un sinfín de centelleos luminosos más resplandeciente que cualquier espectáculo de fuegos artificiales.

Pero entre todas las luciérnagas del lampati había una muy pequeñita a la que no le gustaba salir a volar.

- No, hoy tampoco quiero salir a volar -decía todos los días la pequeña luciérnaga-. Id vosotros que yo estoy muy bien aquí en casita.

Tanto sus padres como sus abuelos, hermanos y amigos esperaban con ilusión la llegada del anochecer para salir de casa y brillar en la oscuridad. Se divertían tanto que no comprendían por qué la pequeña luciérnaga no les quería acompañar. Le insistían una y otra vez, pero no había manera de convencerla. La pequeña luciérnaga siempre se negaba.

-¡Que no quiero salir afuera! -repetía una y otra vez-. ¡Mira que sois pesados!
Toda la colonia de luciérnagas estaba muy preocupada por su pequeña compañera.
-Tenemos que hacer algo -se quejaba su madre-. No puede ser que siempre se quede sola en casa sin salir con nosotros.

-No te preocupes, mujer -la consolaba el padre-. Ya verás como cualquier día de estos sale a volar con nosotros.

Pero los días pasaban y pasaban y la pequeña luciérnaga seguía encerrada en su cuarto.

Una noche, cuando todas las luciérnagas habían salido a volar, la abuela de la pequeña se le acercó y le preguntó con mucha delicadeza:
-¿Qué es lo que ocurre, mi pequeña? ¿Por qué no quieres venir nunca con nosotros a brillar en la oscuridad?

-Es que no me gusta volar-, respondió la pequeña luciérnaga.
-Pero, ¿por qué no te gusta volar ni mostrar tu maravillosa luz? -insistió la abuela luciérnaga.

-Pues… -explicó al fin la pequeña luciérnaga-. Es que para qué voy a salir si nunca podré brillar tanto como la luna. La luna es grande, y muy brillante, y yo a su lado no soy nada. Soy tan diminuta que en comparación parezco una simple chispita. Por eso siempre me quedo en casa, porque nunca podré brillar tanto como la luna.

La abuela había escuchado con atención las razones de su nieta, y le contestó:
-¡Ay, mi niña! hay una cosa de la luna que debería saber y, visto lo visto, desconoces. Si al menos salieras de vez en cuando, lo habrías descubierto, pero como siempre te quedas en el árbol, pues no lo sabes.

-¿Qué es lo que he de saber y no sé? -preguntó con impaciencia la pequeña luciérnaga.
-Tienes que saber que la luna no tiene la misma luz todas las noches -le contestó la abuela-. La luna es tan variable que cada día es diferente. Hay días en los que es grande y majestuosa como una pelota, y brilla sin cesar en el cielo. Pero hay otros días en los que se esconde, su brillo desaparece y el mundo se queda completamente a oscuras.

-¿De veras hay noches en las que la luna no sale? -preguntó sorprendida la pequeña luciérnaga.

-Así es -le confirmó la abuela. La luna es muy cambiante. A veces crece y a veces se hace pequeñita. Hay noches en las que es grande y roja y otras en las que desaparece detrás de las nubes. En cambio tú, mi niña, siempre brillarás con la misma fuerza y siempre lo harás con tu propia luz.

La pequeña luciérnaga estaba asombrada ante tal descubrimiento. Nunca se había imaginado que la luna pudiese cambiar y que brillase o se escondiese según los días.

Y a partir de aquel día, la pequeña luciérnaga decidió salir a volar y a bailar con su familia y sus amigos. Así fue como nuestra pequeña amiguita aprendió que cada uno tiene sus cualidades y por tanto, cada uno debe brillar con su propia luz.
(desconocido

viernes, 16 de agosto de 2013

RESOLVER CONFLICTOS


RESOLVER CONFLICTOS

Mantente fresco cuando otros estén furiosos y pierdan la cabeza. Tú tienes el control sobre tus emociones, no lo pierdas. No se trata de no demostrar tu molestia, sino de hacerlo mesuradamente, sin después arrepentirte ...de una acción cometida en un momento de descontrol.

Recuerda que cada discusión tiene al menos tres puntos de vista: el tuyo, el del otro y los de terceros, los cuales probablemente están más cerca de la objetividad. Siendo más versátil y viendo las cosas desde la perspectiva de los demás enriquecerás tu propio punto de vista.

Espera a calmarte antes de hablar. Ten en cuenta que la relación es más importante que la discusión. Dale más relevancia a las personas que a las opiniones.

Trata a toda persona con la cual tengas contacto como si fuera un pariente rico, de quien esperas ser incluido en su testamento. Nunca te arrepientas de tratar muy bien a la gente. Es el mejor negocio en todos los sentidos.

Busca el lado positivo y agradable, aun de las situaciones más complicadas y dolorosas. Es una disciplina que te ayudará a pasar más fácilmente los momentos difíciles, y a convertir los problemas en oportunidades.

Establece el hábito de hacer preguntas y, sobre todo, de escuchar las respuestas. Pregunta antes de reaccionar. Algunas veces disparamos y después preguntamos. También preguntamos, pero escuchamos para contestar, y no para tratar de entender.

No hagas o digas nada que pueda herir o hacerle daño a otra persona. Aférrate al proverbio que dice que todo lo que uno haga, se devolverá. La gente no recuerda tanto lo que tú dices o haces, sino la intención con la que lo haces.

Sé consciente de la diferencia entre análisis amigable y crítica destructiva. Observa si el propósito de tus palabras es ayudar, desahogarte o hacer daño.

Ten presente que si toleras a los demás, ellos también serán pacientes contigo en los aspectos no muy gratos de tu personalidad.

El verdadero líder sabe reconocer sus errores y aceptar responsabilidad. No olvides que un conflicto bien manejado fortalece la relación, y te ayuda a aprender de las diferencias.

El pensamiento positivo es una disciplina que, ejercitada con constancia, te dará el poder de cambiar tu entorno y por consiguiente, tu vida.

NAPOLEÓN HILL
Libro: "La magia de pensar en grande"

lunes, 12 de agosto de 2013

El hombre que Perdió la Memoria

El hombre que Perdió la Memoria

Cuenta Lieh Tse que había, una vez, un hombre, llamado Hua Zi, que vivía en Yang li, y que había perdido completamente la memoria. Por la tarde, olvidaba lo que le habían dicho por la mañana; a la mañana siguiente, no recordaba lo que había hecho el día anterior. Cuando iba a algún sitio, no se acordaba dónde estaba y se olvidaba del camino de regreso. Había olvidado hasta cómo caminar o cuándo sentarse.

Su familia estaba muy preocupada. No sabían qué hacer. Sufrían porque no los reconocía. Y aunque a Hua Zi se le veía en paz y feliz en su situación, estaban seriamente preocupados por el. Acudieron a adivinos y sanadores de todo tipo. De nada sirvió. El diagnóstico de los más prestigiosos médicos de la época, solía coincidir en que existía cierta desarmonía irrecuperable entre el hígado, los pulmones y el bazo, con afectación de los riñones y el corazón. Se declararon incapaces de curarle.

Un letrado de Lu, gran filósofo y erudito, se ofreció para sanarlo. La mujer y los hijos de Hua Zi le prometieron pagarle lo que les pidiese, a cambio de su curación. El filósofo les dijo: "No se puede remediar ni con hierbas, ni conjuros, ni con invocaciones, ni recurriendo a las medicinas ordinarias. Es un problema de mente. Intentaré modificarla, cambiar sus pensamientos. Haré unas pruebas.”
Acto seguido, hizo que lo desnudaran, y el enfermo reclamó la ropa; lo tuvo sin comer, y exigió comida; lo dejó a oscuras, y pidió la luz. Estas pruebas resultaban muy positivas. Les dijo: "Se puede curar la enfermedad. Sin embargo, mi método es caro y secreto." Tras pactar el precio a cobrar, despidió a todos y se quedó en la casa , a solas, con el enfermo, durante siete días.

Nadie supo qué hizo aquel hombre sabio, ni qué técnicas utilizó, pero lo cierto es que, en la mañana del séptimo día, Hua Zi tenía su mente curada.

Cuando la familia llegó a casa, llamados por el sanador, al verlos Hua Zi se puso a gritar, muy furioso, contra su hijo y contra su mujer. Quiso golpearles con un palo, y salió corriendo detrás del que le había curado, de forma que hubo de ser sujetado por sus vecinos que lo calmaron y le preguntaron por la causa de su gran enfado. Hua Zi les explicó:

"Antes, con mi memoria perdida, estaba feliz, nada me preocupada, ni tan siquiera la existencia del cielo y la tierra. Estaba conmigo mismo, libre y vacío de todo lo demás. Ahora, al recobrarme, han regresado todas mis viejas preocupaciones, todas mis inquietudes, todos mis desasosiegos. Surgen en mi mente todos los logros y pérdidas, éxitos y fracasos, penas y alegrías, amores y odios. Ha desaparecido el silencio de mi mente. He dejado de ver las personas y las cosas como son, como están ahí, sin juzgarlas. Mi mente no se calla, ni un solo momento”.

Y, ya calmado, con lágrimas en los ojos, gritaba:
“¡Quiero volver a vivir como antes, que alguien me ayude!”

martes, 6 de agosto de 2013

Llorar libera emociones negativas


LLORAR LIBERA EMOCIONES NEGATIVAS

Cuando lloramos, en la mayoría de los casos, encontramos como primera reacción el intento, por parte de nuestro entorno, de aplacar nuestro llanto. Son típicas expresiones como: No llores, Se te ve muy feo cuando lloras, Él/ella no merece tus lágrimas, El llorar no va a solucionar tus problemas, etc. Si bien estas expresiones buscan el consuelo en nosotros, ejercen el efecto contrario, dado que nos sentimos frustrados al no ser comprendidos.

Culturalmente LLORAR se ha asociado a DEBILIDAD, por ello muchas personas intentan reprimir el llanto, sobretodo públicamente. Esto emocionalmente es una bomba de relojería. Tanto las emociones positivas como las negativas han de ser expresadas logrando así un compendio emocional equilibrado.

EMOCIONES EXPRESADAS, EMOCIONES SUPERADAS

Dejando atrás los tabúes, LLORAR ES BENEFICIOSO PARA LA SALUD. Se produce una liberación de adrenalina, hormona segregada en situaciones de estrés, y noradrenalina, hormona que actúa como neurotransmisor que contrarresta el efecto de la adrenalina.

El efecto de ambas hormonas produce en el organismo una sensación de DESAHOGO y TRANQUILIDAD, el cuerpo se relaja y en muchas ocasiones la persona se queda dormida después de un episodio de llanto. Por ello, el dejar liberar todas estas emociones negativas que nos sobrepasan en determinados momentos de nuestra vida, ayuda al bienestar posterior y se convierte en un aprendizaje propio sobre como gestionarnos emocionalmente.

Tan beneficioso es REIRSE como lo es LLORAR, puesto que ambos son estados emocionales innatos en el ser humano que lo ayudan a liberar emociones tanto positivas en el caso de la risa, como negativas en el del llanto. Las dos formas de expresión de sentimientos son necesarias para que la persona gestione correctamente su estado de ánimo. De la misma manera que el fijarse en tan sólo una de ellas, como el hecho de estar todo el día riendo reprimiendo el llanto, o todo el día llorando reprimiendo la risa, suponen un malestar emocional difícil de controlar.

Por tanto, que no nos de miedo el expresar como nos sentimos, primero nos ayudará a sentirnos mejor y segundo ayudará a que las personas que nos rodean y nos quieren entiendan cuál es nuestro estado de ánimo y puedan actuar en consecuencia siempre respetando que para nosotros es necesario estas formas de expresión.

CIARA MOLINA

sábado, 3 de agosto de 2013

VIVIR COMO LAS FLORES


VIVIR COMO LAS FLORES

Maestro, ¿qué debo hacer para no quedarme molesto? Algunas personas hablan demasiado, otras son ignorantes. Algunas son indiferente s. Siento odio por aquellas que son mentirosas y sufro con aquellas que calumnian.

-... ¡Pues, vive como las flores! Advirtió el maestro.

- Y ¿cómo es vivir como las flores? Preguntó el discípulo.

- Pon atención a esas flores -continuó el maestro, señalando unos lirios que crecían en el jardín. Ellas nacen en el estiércol, sin embargo son puras y perfumadas. Extraen del abono maloliente todo aquello que les es útil y saludable, pero no permiten que lo agrio de la tierra manche la frescura de sus pétalos. Es justo angustiarse con las propias culpas, pero no es sabio permitir que los vicios de los demás te incomoden. Los defectos de ellos son de ellos y no tuyos. Y si no son suyos, no hay motivo para molestarse. Ejercita pues, la virtud de rechazar todo el mal que viene desde afuera.

Esto, es vivir como las flores.

(DESCONOCIDO)