jueves, 8 de junio de 2023

Pipiolo y su caja de herramientas

Todos en un momento de nuestra vida nos preguntamos ¿si nuestra vida va bien o mal? Cuando en realidad lo que debemos preguntarnos es ¿ Hemos aprovechado nuestro tiempo? hace poco estaba haciendo un trabajo manual en casa y observe la caja con herramientas preguntándome que pinza me ayudaría mas, sin embargo le pedí a mi hija me acercara una pinza para terminar el trabajo y ella me pregunto ¿cual? a lo que le respondí que cualquiera y que me ayudara a sacar esa pieza, sin embargo al saber que ella lo iba a hacer, no quería equivocarse en tomar una herramienta y no ser la correcta y sobre todo no sabia cómo usar esa herramienta por lo que inmediatamente surgió el llanto a lo cuál pregunte ¿ que te paso? ¿Te lastimaste? contestando con amargura , estoy bien pero no se que herramienta usar, esa esta muy grande para mis manos, esa otra se ve tan difícil de usar, y esa otra no tengo idea de como se usa, por lo que le respondí lo siguiente, cada herramienta puede usarse con la misma diligencia sin importar que tan grande este, sin embargo enseñarte a usar cada una de ellas te enseñare, y así lo hice, esa tarde vi su rostro de satisfacción de su nuevo aprender y me dejo claro que como adultos suponemos que nuestros hijos saben usar lo que les proveemos sin ponernos a pensar en el como usarlo, así igual pasa con la escuela, les damos las herramientas como el inglés y francés y crecerán con esa herramienta aprendida pero no les enseñamos que pueden usarla para salir adelante como traductores en una zona hotelera, traduciendo artículos u otra infinidad de usos, así mismo con otras materias de las cuales pueden usar como parte de un oficio, hay innumerables trabajos que dependen el uso adecuado de herramientas, por lo que estoy convencido que nuestra vida es como una caja de herramientas si la conservas ordenada, la vas llenando de herramientas y aprendes a usarlas la vida será más satisfactoria y así sabras que realmente aprovechaste tu tiempo.


Y tu ¿ Como esta tu caja de herramientas?

domingo, 27 de febrero de 2022

Seguimos activos

 Los links en Mega ya funcionan los que estan en mediafire estan por ser migrados a Mega, estamos actualizando y renovando para volver a compartir todo y comenzar a subir nuevo material.

saludos

domingo, 20 de junio de 2021

papá...

4 años : Mi papá puede hacer de todo.

5 años : Mi papá sabe un montón.

6 años : Mi papá es más inteligente que el tuyo.

8 años : Mi papá no sabe exactamente todo.

10 años : En la época en que mi papá creció, las cosas seguramente eran distintas.

12 años : Oh, bueno, claro, mi padre no sabe nada de eso. Es demasiado viejo para recordar su infancia.

14 años : No le hagas caso a mi viejo. ¡Es tan anticuado!

21 años : ¿Él? Por favor, está fuera de onda, sin recuperación posible.

25 años : Papá sabe un poco de eso, pero no puede ser de otra manera, puesto que ya tiene sus años.

30 años : No voy a hacer nada hasta no hablar con papá.

40 años : Me pregunto cómo habría manejado esto papá. Era inteligente y tenía un mundo de experiencia.

50 años : Daría cualquier cosa porque papá estuviera aquí para poder hablar esto con él.

Lástima que no valoré lo inteligente que era.

Podría haber aprendido mucho de él.

Te Amo Pap♥

(autor desconocido)

martes, 30 de marzo de 2021

Por Siempre en el Último Vagón

Por Siempre en el Último Vagón

Cada año los papás de Martín
lo llevaban con su abuela
para pasar las vacaciones de verano,
y ellos regresaban a su casa
en el mismo tren al día siguiente.
 
Un día el niño les dijo a sus papás:
"Ya estoy grande
¿puedo irme solo a la casa de mi abuela?".

Después de una breve discusión
los papás aceptaron.

Están parados esperando la salida del tren,
se despiden de su hijo dándole
algunos consejos por la ventana,
mientras Martín les repetía:
"¡Lo sé!

Me lo han dicho más de mil veces".

El tren está a punto de salir
y su papá le murmuró a los oídos:
"Hijo, si te sientes mal o inseguro,
¡eso es para ti!".

Y le puso algo en su bolsillo.

Ahora Martín está solo,
sentado en el tren tal como quería,
sin sus papás por primera vez.

Admira el paisaje por la ventana,
a su alrededor unos desconocidos se empujan,
hacen mucho ruido,
entran y salen del vagón.

El supervisor le hace algunos comentarios
sobre el hecho de estar solo.

Una persona lo miró con ojos de tristeza.

Martín ahora se siente mal
cada minuto que pasa.

Y ahora tiene miedo.

Agacha su cabeza...

Se siente arrinconado y solo,
con lágrimas en los ojos.

Entonces recuerda que su papá
le puso algo en su bolsillo,
temblando, busca lo que le puso su padre.

Al encontrar el pedazo de papel lo leyó,
en él está escrito:
"¡Hijo, estoy en el último vagón!".

Así es la vida,
debemos dejar ir a nuestros hijos,
debemos confiar en ellos.

Pero siempre tenemos que estar
en el último vagón, vigilando,
por si tienen miedo o por si encuentran
obstáculos y no saben qué hacer.

Tenemos que estar cerca de ellos
mientras sigamos vivos,
el hijo siempre necesitará a sus papás.


(Autor Desconocido)

domingo, 14 de febrero de 2021

Que es y como hacer Tapping


 

Un Cuento para el día de San Valentín

UN CUENTO PARA EL DÍA DE SAN VALENTÍN

Larry y Jo Ann eran un matrimonio corriente. Vivían en una casa cualquiera, en una calle como todas. Como cualquier otro matrimonio común, luchaban para llegar a fin de mes y para dar a sus hijos todo lo necesario.

También eran como todos en otro sentido: se peleaban. Gran parte de sus charlas se referían a lo que no iba bien en su matrimonio y a cuál de lo...s dos era el culpable.

Hasta que un día sucedió algo extraordinario.

—Fíjate Jo Ann, tengo una cómoda mágica, increíble. Cada vez que abro algún cajón está lleno de calcetines o de ropa interior —dijo Larry—. Quiero agradecerte que los hayas estado llenando durante todos estos años.

Jo Ann se lo quedó mirando por encima de las gafas.—¿Qué es lo que quieres, Larry?—Nada. Sólo que sepas que te doy las gracias por estos cajones mágicos. Como aquella no era la primera vez que Larry le salía con algo raro, Jo Ann olvidó el incidente hasta pasados algunos días.—Jo Ann, gracias por haber anotado tan correctamente los números en el libro de gastos este mes. Las dieciséis anotaciones son correctas: es todo un récord.

Sin poder dar crédito a sus oídos, Jo Ann levantó los ojos del calcetín que estaba zurciendo.

—Larry, si siempre te estás quejando de que anoto mal los números, ¿por qué ahora no lo haces?
—Porque sí. Sólo quería que supieras que me doy cuenta del esfuerzo que estás haciendo.

Jo Ann sacudió la cabeza y siguió con sus remiendos. Para sus adentros, masculló:

—¿Qué le estará pasando?

Sin embargo, al día siguiente, cuando Jo Ann hizo un cheque en la tienda, se fijó para asegurarse de que había anotado bien el número del cheque.

—¿Por qué de pronto les estoy dando importancia a estos estúpidos números? —se preguntó.

Trató de no hacer caso del incidente, pero el extraño comportamiento de Larry se intensificó.

—Jo Ann, la cena ha sido estupenda —le dijo una noche—. Te agradezco el esfuerzo. Vaya, si calculo que en los últimos quince años habrás preparado más de catorce mil comidas para mí y para los niños...

Otra vez fue:

—Jo Ann, la casa parece un espejo. Debes de haber trabajado muchísimo para que tenga tan buen aspecto.

Y hasta:

—Jo Ann, te agradezco que seas como eres. Realmente, me da mucho placer tu compañía.
Jo Ann estaba empezando a preocuparse. Se preguntaba qué se había hecho de los sarcasmos y de las críticas.

Sus temores de que a su marido le estaba pasando algo raro se vieron confirmados por la queja de Shelly, su hija de dieciséis años, que le comentó:

—Mamá, papá se ha vuelto loco. Acaba de decirme que estaba guapa con todo este maquillaje y esta ropa de estar por casa. No es propio de él. ¿Qué es lo que le pasa?

Fuera lo que fuere lo que le pasara, Larry no cambiaba. Casi todos los días seguía haciendo algún comentario positivo.

Pasadas varias semanas, Jo Ann se fue acostumbrando al extraño comportamiento de su marido, e incluso alguna vez se lo recompensó, a regañadientes, con un escueto «Gracias». Se sentía orgullosa de ir manteniéndose a la altura de las circunstancias, hasta que un día sucedió algo tan raro que la desorientó por completo:

—Como quiero que te tomes un descanso —anunció Larry—, voy a fregar yo los platos, así que hazme el favor de dejar esa sartén y sal de la cocina.

Después de una larguísima pausa Jo Ann contestó:

—Gracias, Larry. ¡Te lo agradezco muchísimo!Ahora el paso de Jo Ann era un poco más ligero, su confianza en sí misma iba en aumento e incluso, alguna vez, canturreaba por lo bajo. Además, parecía que ya no tenía tantos ataques de melancolía. «Me gusta bastante la nueva forma de comportarse de Larry», pensaba para sus adentros.

Aquí se acabaría el cuento, de no ser porque un día sucedió otro acontecimiento de lo más extraordinario. Esta vez, quien habló fue Jo Ann:
—Larry —dijo—, quiero agradecerte que durante todos estos años hayas ido a trabajar para que a nosotros no nos falte nada. Y creo que nunca te he expresado todo mi agradecimiento.

Larry jamás ha revelado las razones de su espectacular cambio de comportamiento, por más que Jo Ann se ha esforzado en obtener de él una respuesta, de modo que éste seguirá siendo, probablemente, uno de los misterios de la vida. Pero es un misterio con el que me encanta convivir.
Porque, ya veis... yo soy Jo Ann.

JO ANN LARSEN

sábado, 31 de octubre de 2020

La Gente Muere..

Reflexión:

LA GENTE MUERE y queda todo ahí,  los planes a largo plazo, las tareas de casa, las deudas con el banco, las joyas, los terrenos, el coche nuevo que compró para tener status.

LA GENTE MUERE sin siquiera guardar la comida en el refri, todo se pudre, la ropa se queda colgada o puesta en su lugar.

LA GENTE MUERE, se disuelve toda la importancia que pensábamos que teníamos, la vida continúa, las personas superan tu ausencia y siguen sus rutinas normalmente.

LA GENTE MUERE y todos los grandes problemas que creíamos que teníamos se transforman en un inmenso vacío. Los problemas viven dentro de nosotros. Las cosas tienen la energía que ponemos en ellas y ejercen en nosotros la influencia que permitimos.

LA GENTE MUERE y el mundo sigue siendo caótico, como si nuestra presencia o ausencia no hiciera la menor diferencia. En realidad, no lo hace. Somos pequeños, pero prepotentes. Vivimos olvidando que la muerte siempre esta al acecho.

LA GENTE MUERE, pues así es: un parpadeo y al otro ya estás muerto. El perro es donado y se aferra a los nuevos dueños.

LA GENTE MUERE, los viudos se casan nuevamente,
andan de la mano, van al cine, se divierten y te olvidan.

LA GENTE MUERE y somos rápidamente reemplazados en el puesto que ocupábamos en la empresa. Las cosas que ni siquiera usamos, son donadas, algunas tiradas a la basura.

Cuando menos esperamos, LA GENTE MUERE.

Por otra parte, ¿quién espera morir?
Si la gente esperase por la muerte, tal vez procurara vivir mejor.

Tal vez usara su mejor ropa hoy, usara su mejor perfume, viajara hoy, tal vez la gente comiese el postre antes del almuerzo.

Tal vez la gente esperase menos de los demás, si la gente esperase por la muerte, tal vez perdonaría más,
reiría más, apreciara la naturaleza, tal vez valoraría más al tiempo y menos al dinero.

Si la gente tuviera conciencia de que puede partir de este mundo en cualquier momento tal vez entendería que no vale la pena entristecerse con las cosas banales, oyese más música y bailase aún cuando no lo sepa hacer bien.

El tiempo vuela.

A partir del momento en que la gente nace, comienza el viaje veloz con destino al fin, y aún hay quienes viven con prisa!!!

Sin darse el regalo de percibir, que cada día más es un día menos, porque LA GENTE MUERE todo el tiempo, poco a poco y un poco más, cada segundo que pasa.

Respondamos para nosotros, la pregunta:

¿Qué estoy haciendo con el poco tiempo que me queda?

Autor desconocido

viernes, 20 de diciembre de 2019

ACTUALIZANDO...

Ya están renovados los links de los libros del blog de # a la D, y de la J a la Y los demás en breve.

saludos